Romanos 8:28 — Aun cuando no lo entiendo, Dios sigue obrando

Introducción: Cuando las piezas no encajan

Hay momentos en la vida en los que todo parece desconectado.
Circunstancias difíciles, puertas que se cierran, decisiones que no dieron fruto, relaciones que se rompieron. En esos momentos nos preguntamos: ¿Dónde está Dios en todo esto?

Romanos 8:28 es uno de los versículos que más consuelo ha traído al pueblo de Dios a lo largo de la historia. Pero también es uno que puede ser malinterpretado si se lee como un consuelo superficial o automático.

Este versículo no dice que todo lo que sucede es bueno. Tampoco dice que Dios aprueba todo lo que pasa. Lo que dice es más profundo: que Dios tiene el poder y la intención de transformar incluso lo doloroso en propósito, si estamos dispuestos a confiar y amarle.

Hoy vamos a desglosar este pasaje palabra por palabra, para redescubrir la riqueza y la firmeza de esta promesa eterna.

El versículo (NVI)

“Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.”
— Romanos 8:28 (NVI)

Antes de entenderlo… necesitamos ubicarnos

Pablo escribe estas palabras en medio de una carta que explora el sufrimiento, la redención, la gloria futura y la fidelidad de Dios.
No es un versículo suelto ni una promesa vacía.

Pablo había sido perseguido, apedreado, encarcelado y traicionado.
Y desde ese lugar de experiencia escribe: “Dios está obrando. Incluso en lo que parece roto. Incluso cuando no lo vemos.”

Este pasaje no es optimismo. Es fe sólida anclada en la soberanía de Dios.
Por eso vale la pena mirar palabra por palabra y dejar que la verdad entre en lo más profundo de nuestro corazón.

Desglose palabra por palabra

A veces necesitamos frenar, leer lento, y dejar que cada palabra nos hable con fuerza renovada.

Este desglose es una manera de abrir los oídos del corazón y dejar que el mensaje cobre vida con todo su peso.

“Ahora bien, sabemos…”

Griego: οἴδαμεν (oídamen)

  • οἴδαμεν (oídamen): “sabemos con certeza”, “tenemos convicción segura”.
    No es una suposición, ni un deseo. Es una certeza basada en el carácter de Dios.

Pablo no dice “creemos que quizá…” sino: “Sabemos.” Con seguridad, con fundamento, con confianza absoluta.

“que Dios dispone…”

Griego: συνεργεῖ ὁ θεός (synergeî ho Theós)

  • συνεργεῖ (synergeî): “colabora, trabaja juntamente, coordina activamente”.
    De aquí viene la palabra “sinergia”: múltiples factores que Dios hace trabajar juntos para un propósito común.

     

  • ὁ θεός (ho Theós): “Dios”. El sujeto principal de la acción. No son las circunstancias.
    Es Dios quien está activamente organizando todo.

Las piezas de la vida no se mueven al azar. Es Dios quien orquesta incluso lo roto para llevarnos hacia lo eterno.

“todas las cosas…”

Griego: πάντα (pánta)

  • Significa: “todo”, “todas las circunstancias”, sin exclusión.
    Lo bueno y lo malo. Lo esperado y lo inesperado. Lo que entendemos y lo que no.

No todo lo que pasa es bueno. Pero Dios tiene el poder de hacer que todo coopere para el bien eterno de sus hijos.

“para el bien…”

Griego: εἰς ἀγαθὸν (eis agathón)

  • ἀγαθὸν (agathón): “el bien verdadero, lo que es moralmente recto, espiritualmente saludable, eternamente valioso”.
    No es solo lo que “se siente bien”, sino lo que nos forma a la imagen de Cristo.

A veces lo que es bueno para nosotros no es cómodo, pero sí necesario para nuestro crecimiento y madurez.

“de quienes lo aman…”

Griego: τοὺς ἀγαπῶντας τὸν θεόν (tous agapōntas ton Theón)

  • ἀγαπῶντας (agapōntas): del verbo agapáō, amor activo, comprometido, obediente.

     

  • Este versículo es para los que aman a Dios, no solo de palabra, sino de corazón.

No es una promesa universal. Es para los que han rendido su vida al Señor y caminan en relación con Él.

“los que han sido llamados…”

Griego: τοῖς κατὰ πρόθεσιν κλητοῖς (tois kata próthesin klētoîs)

  • κλητοῖς (klētoîs): “llamados”, “invitados por Dios”, “convocados con un propósito”.

     

  • πρόθεσιν (próthesin): “propósito previamente establecido”.

Dios no improvisa. Quien ha sido llamado por Él camina dentro de un plan eterno, aunque no siempre lo entienda.

Entonces, ¿qué nos dice realmente este versículo?

Ya que entendimos la riqueza de cada palabra, volvamos a leer esta promesa:

“Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.”

Aquí no hay promesas de comodidad, pero sí una certeza de que nada escapa del plan de Dios. Y esta verdad, tan necesaria en el dolor, se repite con fuerza en otros pasajes bíblicos. Vamos a explorarlos.

Concordancia con otros pasajes

Génesis 50:20

“Ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien…”
José reconoce que, aun cuando fue traicionado, Dios usó todo para salvar muchas vidas.

Salmo 138:8

“El Señor cumplirá su propósito en mí.”
El plan de Dios no queda incompleto, incluso cuando nosotros no vemos cómo va a terminar.

2 Corintios 4:17

“Estos sufrimientos insignificantes y momentáneos producen en nosotros una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento.”
El dolor de hoy no se compara con el propósito eterno que Dios está formando.

Efesios 1:11

“Dios… lleva a cabo todas las cosas conforme al propósito de su voluntad.”
La historia está en manos del Autor eterno.

Reflexión final

Romanos 8:28 es más que una frase bonita.
Es una declaración de confianza en un Dios que sabe lo que hace, incluso cuando yo no entiendo nada.

  • No dice que todo lo que pasa es bueno.
  • Dice que Dios usa incluso lo malo para producir algo bueno.
  • Y que ese bien tiene un nombre: Cristo formado en mí.

     

¿Estás atravesando un momento donde nada parece tener sentido?

Hoy puedes decir con el corazón abierto:

“Señor, aunque no entiendo todo, confío en que tú sí. Ayúdame a amarte, a mantenerme firme, y a recordar que tú estás obrando incluso en lo que no veo. Cumple tu propósito en mí. Amén.”

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