Proverbios 1:7 — El principio de la sabiduría

Introducción: ¿Dónde empieza realmente la sabiduría?

Vivimos en una época de información sin límite. Podemos buscar cualquier cosa en segundos. Pero saber mucho no es lo mismo que ser sabio.
La sabiduría verdadera no viene solo del estudio o de la experiencia… viene de reconocer a quién debe estar en el centro de todo.

Proverbios 1:7 no es solo una frase bonita: es la base de todo el libro de Proverbios, y del caminar con Dios.
Si quieres empezar bien, necesitas empezar aquí.

El versículo (NVI)

“El principio de la sabiduría es el temor del SEÑOR;
los necios desprecian la sabiduría y la disciplina.”
— Proverbios 1:7 (NVI)

Antes de entenderlo… necesitamos ubicarnos

Este proverbio abre la colección de sabiduría del rey Salomón. No fue escrita solo para filósofos o estudiosos, sino para jóvenes, para personas comunes, para quienes quieren aprender a vivir bien.
Y desde el principio deja claro que el camino correcto no empieza con uno mismo, sino con Dios.

La sabiduría bíblica no es astucia ni conocimiento técnico. Es saber vivir según el corazón de Dios.

Desglose palabra por palabra

A veces, una sola palabra puede cambiarlo todo.
Por eso, en este espacio vamos a detenernos con calma, mirando cada expresión con la atención que merece. No se trata de hacer un estudio técnico, sino de escuchar con el corazón lo que Dios quiso decirnos desde el principio, con intención, con amor, y sin apuro.

“El principio de la sabiduría…”

Hebreo: רֵאשִׁית חָכְמָה (reshit chokhmah)

  • reshit: “el comienzo, la base, lo primero”

Todo lo demás parte de aquí. No hay sabiduría real sin este fundamento.

  • chokhmah: “sabiduría práctica, entendimiento para vivir bien”

No es solo conocimiento, es saber cómo vivir de forma recta, justa, y con propósito.

“es el temor del SEÑOR…”

Hebreo: יִרְאַת יְהוָה (yirat Adonai)

  • yirat: “temor reverente, profundo respeto, asombro”

No se trata de tenerle miedo, sino de reconocer su grandeza con humildad y honra.
Es vivir con la conciencia de que Dios está presente… y que su opinión importa.

  • Adonai (YHWH): El nombre sagrado de Dios, el Eterno, el Yo Soy.

Este no es temor a un juez distante, sino reverencia ante un Padre Santo.

“los necios…”

Hebreo: אֱוִילִים (ewilim)

Personas que no quieren aprender, que desprecian corrección y creen que no necesitan a Dios.
En Proverbios, “necio” no es insulto, es una condición del corazón cerrado.

“desprecian la sabiduría y la disciplina.”

Hebreo: בָּזוּ חָכְמָה וּמוּסָר (bazu chokhmah u-musar)

  • bazu: “desprecian, rechazan activamente”

  • musar: “disciplina, corrección amorosa que forma el carácter”

Quien rechaza la sabiduría de Dios, se cierra al crecimiento, a la guía, a ser moldeado.
Sin humildad, no hay transformación.

Entonces, ¿qué nos dice realmente este versículo?

“El principio de la sabiduría es el temor del Señor…”

No hay sabiduría verdadera sin reconocer a Dios.
No hay entendimiento sin reverencia.
Y no hay transformación sin corrección.

Este pasaje no se trata solo de inteligencia, sino de actitud del corazón.
Si deseamos aprender, crecer y vivir con propósito, el primer paso no es mirar hacia adentro, sino mirar hacia arriba.

Y como toda verdad que viene del corazón de Dios,
la Biblia lo repite, lo refuerza y lo confirma en muchos otros pasajes.
Porque la sabiduría que transforma siempre comienza con una relación real con Dios.

Concordancia con otros pasajes

Proverbios 9:10

“El temor del SEÑOR es el principio de la sabiduría…”
Repite la misma verdad: todo comienza con reverencia.

Santiago 1:5

“Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios…”
La sabiduría no es algo que generamos. Es un regalo de Dios.

Salmo 111:10

“El principio de la sabiduría es el temor del Señor; buen juicio demuestran quienes cumplen sus preceptos.”
La sabiduría no es teoría. Se demuestra en cómo vivimos.

Reflexión final

Proverbios 1:7 es la puerta de entrada a la verdadera sabiduría.

No se trata de cuánto sabes, sino de a quién escuchas primero.

  • El sabio no es quien tiene todas las respuestas,
    sino quien sabe que Dios es la fuente de toda respuesta.

Y si empiezas con Él, terminarás caminando por sendas firmes, llenas de propósito, y guiadas por su amor.

¿Estás empezando tus decisiones con Dios?
¿Estás escuchando su voz antes que las demás?

Hoy puedes orar así:

“Señor, reconozco que no lo sé todo.
Quiero empezar contigo.
Dame un corazón humilde, que te escuche, que te honre,
y que aprenda a vivir con sabiduría verdadera.
Amén.”

 


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