
¿Por qué estudiar la vida de Jesús?
Hay personas que cambiaron la historia…
Y luego está Jesús, que cambió la eternidad.
No hablamos de un simple profeta, ni de un maestro de moral.
Tampoco de un líder revolucionario o un símbolo religioso.
Jesús es el centro del universo, el Salvador del mundo, el Hijo de Dios hecho carne.
Estudiar su vida no es conocer un personaje:
Es encontrarnos con Aquel que nos amó primero.
Es saber que Dios mismo decidió caminar nuestras calles, hablar nuestro idioma, sentir nuestro dolor, y hacerlo por amor.
Es mirar al cielo y entender que el cielo bajó.
Biografía breve
- Nombre: Jesús (Yeshúa en hebreo) — Significa: “Yahvé salva”.
- Padres terrenales: María (madre virgen) y José (padre legal).
- Nacimiento: Alrededor del año 4–6 a.C., en Belén de Judea (Mateo 2:1).
- Muerte: Alrededor del año 30–33 d.C., en Jerusalén, crucificado bajo Poncio Pilato.
- Resurrección: Al tercer día, venció la muerte (Lucas 24).
- No tuvo esposa ni hijos, porque vino a dar su vida por todos.

¿Qué pasaba en el mundo cuando nació Jesús?
Jesús nació en un tiempo de opresión romana.
El pueblo judío vivía bajo el dominio del Imperio Romano, esperando ansiosamente al Mesías prometido.
- Roma era el centro político y militar del mundo.
- Grecia aún influía en la filosofía y cultura.
- En Asia, reinaban las dinastías Han.
- Egipto era una provincia romana.
- En India, florecían corrientes religiosas como el hinduismo y el budismo.
Pero en una aldea pequeña, olvidada por el mundo, el Rey de reyes nació envuelto en pañales.
¿Por qué es importante Jesús en la Biblia?
Porque Él es la Biblia encarnada.
Todo el Antiguo Testamento apuntaba hacia Él.
Todo el Nuevo Testamento nace de Él.
Jesús es el cumplimiento de las promesas, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, el único mediador entre Dios y los hombres.
No vino a anular la Ley, sino a cumplirla (Mateo 5:17).
“En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios… Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros.”
— Juan 1:1,14 (NVI)

¿Qué posición tenía en su sociedad?
Jesús creció como un hombre común, sin riqueza, sin privilegios.
Hijo de un carpintero, fue criado en Nazaret, un pueblo humilde y sin prestigio.
Durante su ministerio público fue:
- Maestro (Rabí),
- Profeta,
- Sanador,
- Amigo de pecadores.
Pero también fue rechazado, incomprendido y finalmente condenado por las autoridades religiosas y políticas.
No tuvo posición humana de poder, pero su autoridad venía del cielo.
¿Cómo era su personalidad?
Jesús fue tierno, valiente, compasivo, firme y humilde.
- Lloró ante la muerte de un amigo (Juan 11:35).
- Sintió angustia profunda antes de la cruz (Lucas 22:44).
- Tuvo hambre, sed y cansancio (Mateo 4:2, Juan 4:6).
- Celebró bodas y jugó con niños.
- Miró a los ojos de los rechazados y tocó a los intocables.
- Fue paciente con los discípulos, pero firme con los hipócritas.
Nunca pecó, pero caminó entre pecadores con gracia y verdad.
Era 100% hombre, pero también 100% Dios.
No perdió su divinidad al hacerse hombre, sino que la veló bajo carne para salvarnos.obedecer al Padre.

¿Por qué será recordado siempre?
Porque ninguno habló como Él. Ninguno amó como Él. Ninguno murió por amor… y resucitó para darnos vida.
Será recordado porque solo en Él hay salvación (Hechos 4:12).
Porque venció al pecado, a la muerte y al enemigo.
Porque dio su vida por ti y por mí.
Y porque volverá un día con poder y gloria.
¿Qué ejemplo podemos aprender de Él?
- Que la grandeza está en servir y humillarse.
- Que el amor verdadero se entrega, no se impone.
- Que podemos llorar, sufrir, ser tentados… pero no rendirnos.
- Que el perdón es más fuerte que la venganza.
- Que vale la pena vivir, sufrir y morir por

Pasaje clave
“Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.”
— Juan 14:6 (NVI)
¿Cómo fue su relación con Dios Padre?
Perfecta. Íntima. Obediente.
Jesús decía:
“El Hijo no puede hacer nada por su propia cuenta… sino lo que ve hacer al Padre.” (Juan 5:19)
Oraba constantemente. Escuchaba. Se sometía.
Y en Getsemaní, cuando su alma estaba angustiada hasta la muerte, dijo “sí” al plan del Padre, aún sabiendo el precio.

¿Qué haría Jesús hoy?
Comería con los marginados. Sanaría a los olvidados.
Le hablaría de esperanza al que está al borde del suicidio.
Se enfrentaría con amor y verdad al legalismo religioso.
Y te invitaría a seguirle, tal como eres, para no dejarte como estás.
Oración
Señor Jesús, gracias por venir a este mundo a buscarme.
Gracias por hacerte hombre, por llorar, sentir, amar y sufrir por mí.
Enséñame a seguirte de verdad, a vivir como tú viviste, a amar como tú amaste.
Hazme más como tú, cada día.
Amén.
Para meditar esta semana
- Filipenses 2:5–8 — “Se despojó a sí mismo… y se humilló hasta la muerte en cruz.”
- Hebreos 4:15 — “Tenemos un sumo sacerdote que fue tentado en todo como nosotros, pero sin pecado.”
- Isaías 53 — “Varón de dolores, experimentado en el sufrimiento.”
“Jesús no vino a observarnos desde el cielo, vino a habitar con nosotros… para salvarnos desde adentro.”