
¿Por qué estudiar la vida de Esteban?
A veces creemos que solo los que hacen “grandes cosas” son los que marcan la historia.
Pero Esteban nos enseña que una vida corta, cuando está llena del Espíritu, puede ser más impactante que mil palabras vacías.
Estudiar a Esteban es mirar el rostro de alguien que no temía morir, porque ya vivía completamente para Cristo.
Es ver cómo una muerte en fe puede encender una llama que llegue hasta el apóstol Pablo y mucho más allá.
Biografía breve
- Nombre: Esteban (griego Stephanos, “corona” o “coronado”).
- Origen: Nombre griego; probablemente judío de habla griega (helenista).
- Época: Mediados del siglo I d.C.
- Pertenencia: Uno de los siete varones escogidos para servir a las viudas (Hechos 6:5).
- Oficio: Diácono, predicador, defensor de la fe.
Muerte: Apedreado por testificar de Jesús ante el Sanedrín (Hechos 7:59), convirtiéndose en el primer mártir cristiano.

¿Qué pasaba en el mundo cuando vivía Esteban?
Esteban vivió en tiempos de gran tensión en Jerusalén:
- La Iglesia naciente crecía rápidamente tras Pentecostés.
- Las autoridades judías veían a los cristianos como una amenaza.
- El testimonio de Jesús resucitado se expandía… y muchos comenzaban a creer.
En el resto del mundo:
- Roma estaba gobernada por el emperador Tiberio y luego Calígula.
- En Grecia, aunque bajo dominio romano, aún se leían los escritos de los filósofos clásicos.
- En India, se desarrollaban textos religiosos clave del hinduismo.
- En China, la dinastía Han promovía avances astronómicos y filosóficos.
- En América, culturas como la zapoteca y mochica seguían creciendo en organización y arte.
En medio de todo ese movimiento global, Dios eligió a Esteban para abrir el camino del testimonio con su vida y su muerte.
¿Por qué es importante Esteban en la Biblia?
Porque fue:
- El primer mártir registrado en la historia de la Iglesia.
- Un hombre lleno del Espíritu Santo, de sabiduría y de fe (Hechos 6:5).
- Alguien que defendió con claridad y valentía la verdad del Evangelio ante el Sanedrín.
- Su muerte impactó a Saulo (luego Pablo), quien presenció el apedreamiento (Hechos 7:58).
Esteban no fundó iglesias ni escribió cartas…
pero su entrega marcó el corazón de Dios y encendió el avance del Evangelio más allá de Jerusalén.

¿Qué posición tenía en su sociedad?
Esteban no era un apóstol, ni un líder religioso prominente.
Fue un siervo elegido para cubrir una necesidad práctica: la distribución justa entre las viudas (Hechos 6:1–6).
Pero era tan lleno del Espíritu y de sabiduría, que su testimonio lo llevó más allá de servir mesas: predicó, debatió, y entregó su vida con gracia y poder.
¿Cómo era su personalidad?
Esteban fue:
- Valiente: no retrocedió ante la hostilidad del Sanedrín.
- Sabio: hablaba con una claridad que sus opositores no podían resistir (Hechos 6:10).
- Pacífico: pidió perdón por quienes lo mataban.
- Firme en la verdad: resumió toda la historia de Israel apuntando a Jesús (Hechos 7).
- Lleno de visión espiritual: antes de morir, vio el cielo abierto y a Jesús de pie a la diestra de Dios (Hechos 7:55–56).
Esteban no hablaba para defenderse… hablaba para honrar a su Señor.

¿Por qué será recordado siempre?
Porque fue fiel hasta el final, y su muerte no fue en vano.
Será recordado como:
- El primer testigo que selló su mensaje con sangre.
- Un hombre lleno del Espíritu, que murió mirando a Jesús.
- Alguien que inspiró sin saberlo a uno de los futuros apóstoles más grandes: Pablo.
Su nombre significa “corona”… y ciertamente la recibió en gloria.
¿Qué ejemplo podemos aprender de él?
- Que no hay servicio pequeño cuando se hace con el Espíritu Santo.
- Que la verdad debe hablarse con amor, pero también con firmeza.
- Que el sufrimiento por Cristo no es pérdida, sino gloria.
- Que el perdón en medio del dolor es la marca del verdadero discípulo.
Que la muerte física no es el final, si hemos vivido para el cielo.

Pasaje clave
“Mientras lo apedreaban, Esteban oraba:
‘Señor Jesús, recibe mi espíritu.’ Luego cayó de rodillas y gritó:
‘¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado!’”
— Hechos 7:59–60 (NVI)
¿Cómo fue su relación con Dios?
Profunda, llena del Espíritu, clara en su visión.
No se menciona que Esteban haya caminado físicamente con Jesús como los Doce…
pero su intimidad con el Señor era tan real, que Jesús mismo se puso de pie para recibirlo (Hechos 7:56).
Fue un discípulo fiel, lleno de fe, de gracia, y del poder del Espíritu Santo.

¿Qué haría Esteban hoy?
No buscaría fama, pero hablaría con convicción.
Serviría a los necesitados y, si fuera necesario, daría su vida por no negar la verdad.
Y aún bajo presión, en un mundo hostil a la fe, diría con los ojos puestos en lo eterno:
“Veo el cielo abierto…”
Oración
Señor, dame el corazón de Esteban:
lleno de fe, de poder, de perdón y de visión.
Que no calle cuando debo hablar,
ni tema cuando deba confiar.
Hazme firme como él, humilde como él,
y dispuesto a vivir —o morir— por amor a ti.
Amén.
Para meditar esta semana
- Hechos 6–7 — La vida, mensaje y muerte de Esteban.
- Mateo 5:11–12 — “Dichosos serán cuando los insulten por causa mía…”
- 2 Timoteo 4:7–8 — “He peleado la buena batalla… me espera la corona de justicia.”
“Esteban no fue recordado por cuánto vivió… sino por cómo murió: con los ojos en Jesús y el corazón perdonando.”
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